Todo lo que debes saber para un vientre plano
La grasa se acumula de forma distinta en cada cuerpo, pero en las mujeres hay ciertas zonas “clásicas”: una de ellas es el abdomen. Siendo este un lugar que el cuerpo utiliza como reserva, es de los más difíciles de adelgazar, y uno de los que más rápido vuelve a acumular grasa.
Si nuestro objetivo es un vientre plano, debemos llevar una dieta equilibrada, beber mucho líquido y hacer ejercicio. Para esta zona en particular, la actividad física ideal para tonificar la piel y fortalecer los músculos son los abdominales: con sólo dedicarle 10 minutos al día podremos notar la diferencia.
Es importante hacerlos bien, ya que de lo contrario podemos hacer un mal esfuerzo con el cuello y lesionarnos. La forma tradicional de hacer abdominales es tumbadas de espaldas, con las manos apoyadas en la nuca o en la alfombra y las piernas flexionadas, levantadas de forma que los muslos queden en vertical. Vamos a llevar las rodillas hacia la cabeza, flexionando la columna. De esta forma ejercitamos la parte superior del abdomen.
Para trabajar las zonas oblicuas que son los músculos laterales, nos ponemos de espaldas, con los brazos cruzados sobre el pecho o en la nuca, y levantamos la cabeza en dirección a las rodillas, de forma alternada. No es necesario levantar todo el cuerpo, sino el mínimo que notemos nosotras que el músculo está trabajando.
Es muy importante sentir trabajar el músculo abdominal, y no el cuello. Recordemos que los abdominales no nos ayudan a adelgazar sino a fijar los resultados que obtenemos con una dieta, o ejercicio aeróbico como caminatas o bicicleta. Lo más importante es reducir la grasa, porque podemos conseguir unos músculos durísimos, pero con una capa de grasa encima que los ocultan.
Hoy en día también contamos con las cremas reductoras. Sirviéndose de efectos de frío o calor, están diseñadas para estimular al sistema linfático y disminuir la retención de líquidos, agilizar la combustión interna de las grasas, y luego tonificar la zona para no desarrollar flacidez o estrías. Si bien podemos encontrar muchas ofertas de este tipo de productos, lo cierto es que en este caso debemos confiar en las buenas marcas, ya que la mayoría de las opciones muy económicas o genéricas no son eficaces. La combinación de geles fríos con cremas de efecto calor es buena: debemos utilizarlas con cuidado primero porque el calor puede molestarnos hasta que nos acostumbremos. Lo ideal es utilizar la cálida de día, y luego de una ducha aplicar el gel frío por la noche. También existen parches que podemos colocar de forma localizada en la zona que queramos reducir.
Sólo queda comenzar: deshazte por un tiempo de los carbohidratos o azúcares, empezando a realizar una dieta sana y equilibrada y, por supuesto, abandona el cigarrillo y el alcohol, grandes fijadores de grasas. Aplícate una crema reductora y entrégate a una rutina de 50 abdominales diarios realizados en tres series, descansando un minuto entre serie y serie y pronto verás la diferencia.
